Fuimos todas


- Adiós, estimado mío.

- Todo suyo, de ustedes.

- ¿Nosotras? ¿Todas nosotras?



• Y ahi es cuando la voz de la mujer se transfigura. Todo su ser se transfigura. Y ya no es una, ni dos, ni tres. Son decenas de mujeres saliendo de su cuerpo, con distintas caras y distintas bocas y distintas piernas, pero todas mirando con los mismos ojos ávidos al hombre rojo, que acaba de darse cuenta del error irreparable que ha cometido y trata de huir. Pero ellas arremeten en la cacería y lo alcanzan, lo derriban, lo tumban contra el suelo y entre todas proceden a una feroz carnicería para destrozarlo en grandes pedazos, para comerle el corazón con los dientes y beberle la sangre que les chorrea, exhaustas, por la comisura de la boca. •

L.A

6 voces se mezclaron con mi voz:

Adrián J. Messina dijo...

Espero que haya pasado rápido.
¿Lo habrán convencido cual sirenas angelicales?.
Si así fué, que el tiempo se consuma como la arena.

¡Muy bueno, saludos!

Vale dijo...

Vampirescamente

El viento a contramano dijo...

Es genial... hasta me dio una mezcla de miedito y morbo (y querer estar ahí) la puesta en escena de este relato, jaaaa

:P

La Hilarante dijo...

Hago lo mismo con el esmalte, el mio tenia estrellitas.. o no salia ninguna o salia una bola de estrellitas. igual duraban poco. =/ al final me las pinte de naranja... que me dan fruta.

Rubén Darío Carrero dijo...

es como la luz que siempre ve a las mujeres desnudas y allí no sabe la muerte que el cuerpo es vulnerable.

yo me quedo, que los demás huyan, lejos, muy lejos...estoy a salvo.

Anónimo dijo...

Me encantó.
Hay que comerse al adversario, qué mejor que ese género antagonico.

Provecho señoritas

saludo

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