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• Mi existencia está poblada, pobladísima de hombres imaginarios. Tanto, que por momentos creo que todos los hombres lo son. Y si por alguna de esas cuestiones de la vida, me topo con alguno que no lo es, me veo en la situación de tener que pedirle que me de pruebas de su realidad, porque claro, yo lo creía (y lo creaba) imaginario, como a todos los otros. •

L.A


16 voces se mezclaron con mi voz:

Vale dijo...

Es muy complicado.

Art. dijo...

¿Y qué prueba puede ser esa?

Gabiprog dijo...

Es bueno creer.
Aunque también es necesario hacerse creer.

Un abrazo.

Ignacio Reiva dijo...

No le pidas pruebas, los reales no sirven para nada, sólo enamorate de los imaginarios ya que dependen de vos para existir y nunca deben olvidarlo. Un gran beso.

El viento a contramano dijo...

No vale, no puedo comentar... :(

Al margen, me gustó la reflexión de Ignacio...

Lola dijo...

VALE:

Más que complicado: complicadísimo. Pero así estamos.

Lola dijo...

ART:

Cualquier gesto humano. Los imaginarios no lloran ni se equivocan cuando hablan. No se quedan callados mucho tiempo ni dudan al comprar un par de zapatillas. No toman café. Tampoco dan besos. Los reales me parece que sí.

Lola dijo...

GABIPROG:

Además de creer, también está bueno crear.

Lola dijo...

IGNACIO:

Mmm... no se si es tan sencillo así como lo planteás. A los imaginarios los amo yo... pero ellos a mí? Para mi que nomás están porque los creo a la fuerza. Si los dejara solos no se si sería lo mismo. Y los reales... tienen sus cosas, claro. Aman a otras, por ejemplo. Pero tienen esa cuota de realidad que por momentos me fascina. Y nada mejor que un hombre imaginario se vuelva real. Claro que a partir de ahí, ya no puedo crearlo: es él mismo.

Lola dijo...

VIENTO:

¿Cómo que no podés comentar? Ah, en el otro lado? Ahi voy!

Andy dijo...

Las implicancias que trae estar viva...

Mira lo que encontre, qué interesante.. http://yoleiestelibro.blogspot.com/

Ignacio Reiva dijo...

Muchas vueltas pero lo mejor del amor es lo que nos vuelve irreales (nos saca de la realidad) a ambos, para mantenernos en la realidad es que debemos volvernos reales, no para amar. Un gran beso.

Julián Sick dijo...

¿Todo son hombres imaginarios o hay lugar para los sémenes (qué plural poco usado, ah!) de los susodichos?

Rubén Darío Carrero dijo...

Gracias por visitar mi blog, ¿Cómo llegaste? Perdón que lo pregunte, pero me gusta saber como actúa el azar.
Supongo que todos inventamos a otros; el primero de ellos es uno mismo. Hay ficcionoes saludables pero no todas tienen ese buen rostro de los espejos nocturnos.
Acá en Venezuela son casi las dos de la mañana y esoty aqui con la mitad de tus realidad (me falta escucharte) pero ya sabré donde volver en 24 horas, tal vez más tarde puedar imaginarla.

Beso.

Anónimo dijo...

lo mas importante. creo. es no estar solo
que te puedan decir te quiero (ni hablar te amo)
y un imaginario no puede
aun en si capasidad de ser ideal y a gusto propio
no puede hacer eso
porque para eso tiene que ser tangible priemro y segundo poder decidir
uno decide querer
es algo que no se impone

Cesia. dijo...

Tengo demaciados hombres imaginarios...
ahora quiero uno real.
ah por el!

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