• Inoportuna •

…¿Dónde te gustaría encontrarte conmigo? Baires o Madrid (si, suena muy a canción de Fito Páez). Lo mejor seria allá, definitivamente. Encontrarse allá, pero casualmente, como en un video clip. Claro, y ser dos en la ciudad. Caminando en la misma vereda pero en sentido contrario. Yo no conozco mucho Madrid, solo estuve cinco días, pero está lindo para encontrarse.

¿Y que ropa usarías? Mmm... dejame pensar... zapatillas, seguramente, para caminar bien la ciudad. Zapatillas negras, un jean que me quede bien, o sea, que sea la proporción justa entre cómodo y sexy. Y lo normal: remera negra, algo fucsia o violeta o turquesa en el cuello, tipo pashmina, eso que llevo siempre, rodete en el pelo con palito, lentes de sol, pulseras muchas en las manos, aros grandes. ¿Y yo qué? ¿Qué me pongo? Vos te pones ropa de Martín... así, medio rotoso. El sombrero, la guitarra... ¿Medio rotoso? ¿Y ando con la guitarra así, a cuestas? ¿Vengo de trabajar o qué? Con guitarra al hombro, sí. ¿La guitarra dónde se lleva? Al hombro, en la espalda... Se, puede ser, yo siempre la llevo en la mano porque tengo un estuche tipo duro que es medio molesto para cargarlo de otra forma. Bueno, en la mano. Tiene que ser natural la escena. No da que vos tengas rulos y yo sea rubia y mida un metro ochenta. Claro, claro.

¿Y qué onda, entonces? ¿Nos cruzamos, nos reconocemos, nos saludamos? Si... pero seria algo así mas como... venimos en direcciones contrarias, yo estoy perdida con un mapa en la mano tratando de ubicarme. Disculpame, ¿no sabes donde queda "tal cosa"? Tal cosa queda.... Y como no tenés idea de donde queda, me agarras el mapa que llevo en la mano y te pones a buscar. Yo ahí reconozco tu acento y me doy cuenta que sos argentino. Vos miras el mapa buscando "tal cosa" y yo te miro a vos. Y dentro mío ya me doy cuenta quien sos, pero no me animo a decírtelo. Entonces me hago la boluda y te pregunto tu nombre. Martín. No hay duda, sos vos. En un rapto de osadía te digo: para, para, para… (vos levantas los ojos del mapa y me miras)... ¿VOS SOS EL PELADO? Si, efectivamente soy pelado (acá dudo entre que señales tu cabeza calva o te saques el sombrero). Creo que señalar la cabeza calva es aun más gracioso.

¿Y vos como te presentas? Ahí yo digo: ¡Ey, Martin! ¡Soy Lola! Vos obviamente no me reconoces. Nunca viste una foto mía, pero fundamentalmente, estamos en Madrid y las Lolas brotan hasta por debajo de la alfombra. Hacés memoria, tratas de acordarte: Lola, Lola, Lola (seguís mirando). El click se produce cuando te digo mi dirección de blog. Supongo que tendría que sorprenderme bastante, actuar natural y preguntarte cuándo llegaste, qué haces en la ciudad, cuánto te quedás. Con comentarios del tipo: mira vos, che, encontrarte justo acá. Claro, ¡gran sorpresa! Todos estos años inventando historias por blog y ahora estas acá. ¿Tomás un café o tenés ganas de seguir caminando? Café, de una. Una chica con un mapa es siempre parte digna del paisaje. No se por qué atrae esa indefensión del desorientado. Vos le decis: es por acá. Y capaz la estas conduciendo a la misma boca de los infiernos, pero ella cae como un cordero. Igual, por lo general, en mi experiencia los corderos son los mejores lobos…

CONTINUARÁ...

L.A