•Codificada•

Los ojos le brillaban como agua entre el humo y la cerveza. Las luces estaban bajas. Mi rostro se dibujó en penumbras. Le pedí que me buscara una lapicera y un papel.

- ¿Qué escribís?

- Letras

- ¿Qué significan?

- Nada

C N • C F • C P

M P • M N • M F

J F • J P • J N

Miró el papel con la curiosidad de un niño que no sabe leer ante un libro con secretos. Las tres letras con sus nueve combinaciones para él no significaban nada. Para mí sí. Le expliqué que estamos rodeados de símbolos que representan otras cosas, no especificamente lo que ellos son en sí mismos. Sin ir más lejos, él cuando componía música utilizaba letras que en su mente tenían la forma de sonidos. Y del mismo modo, yo usaba letras que más tarde, cuando tuviera más luz, menos humo y menos cerveza, serían palabras, colores, formas...

Miró las letras, pero quiso leer las palabras, ver los colores, tocar las formas. Ahí ya no pude explicarle nada. Mi mente estaba configurada en un código que él no sabía descifrar.

L.A